Llegó implacable
deslizando su garra por mi garganta
arrancándome las vísceras
Me quedé hueca
Con muchos ecos
Y sólo al comerme el sonido de los pájaros
Sólo al beberme los manantiales
Sólo al masticar tierra
fui capaz de sentir algo
Y aún no alcanzo la entereza...
Era la noche de los huesos fríos
de acurrucarse a las piedras
De apretar los dientes
Y así yací un tiempo
Hibernando
Esperando
con algo de suerte
la luz del sol
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