Porque escucharte es sentir la melodía más hermosa,
porque al oirte,
mis dedos se mueven haciendo hebras invisibles
y espirales etéreas en el espacio
urdiendo bocetos contínuos que sólo yo alcanzo a ver.
Porque , simplemente, me transportas
y los bocetos
quisiera dibujarlos en tu espalda abierta
e imaginar que sobra la piel
para fundirme enteramente en ti.
Porque todo mi vello se eriza con esa cadencia tuya.
Porque la posibilidad de vivir
sin amarte,
no cabe.
Porque el día que muera será el final de esa adoración.
No lo digo, sólo escribo.
No alardeo, sólo siento.
Pero mientras tanto...
mientras tanto quédate conmigo.
Quédate hasta que todo esto acabe.
Soy más de Cohen que de Bécquer,
y no me complace concebir cenizas enamoradas,
el polvo enamorado, que se conciba en vida.
Soy más de suicidios que de razones.
Soy caprichosa, inconsciente y real
y letal, pero sólo a veces.
Soy sólo piel, piel que sobra y también perecedera...
Pero hasta ese momento,
anda,
arranquémonos la piel a tiras o a besos
y
no te muevas, quédate por aquí, cerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario