viernes, 24 de diciembre de 2021

La sorprendí de rodillas 
Y con gesto infantil
Movía sus dedos como hilvanando palabras en el aire
Estaba sola
Y sólo intentaba ordenar sus pensamientos
Era etérea, casi transparente
Y tenía los pies sucios
Mas le favorecía la luz del sol que jugaba entre las ramas del árbol que la acogía
Por un momento me aparté de su magia
Y me derrumbé entre arroyos diminutos y hojas de roble
Besé el suelo de otoño
Y cerré fuerte los puños
Resistiéndome a caer más
Cuando al fin alcé la vista
Ella se había ido
Dejando su desorden en el aire que ahora respiro
Dejándome sus dudas, desafíos y montones de sueños por cumplir.
Herencia de un otoño extraño
Frente a dolores remotos que pronto
desaparecerán entre el tic y el tac de las agujas puntiagudas 
de este reloj lascivo e incansable llamado tiempo

lunes, 20 de diciembre de 2021

Aire de alquiler

Llegó implacable
deslizando su garra por mi garganta  
arrancándome las vísceras
Me quedé hueca
Con muchos ecos
Y sólo al comerme el sonido de los pájaros 
Sólo al beberme los manantiales 
Sólo al masticar tierra
fui capaz de  sentir algo
Y aún no alcanzo la entereza...
Era la noche de los huesos fríos
de acurrucarse a las piedras
De apretar los dientes
Y así yací  un tiempo
Hibernando 
Esperando
con algo de suerte
la luz del sol


jueves, 9 de diciembre de 2021

De cuando hablábamos de escarcha
Y los tiempos no eran buenos para nadie
Las venas aguantaban lo justo
Y los caminos cambiaban de luz  cada vez
Las miradas rubricaban amores imposibles
Y no hacía falta nada
Los silencios eran suficientes
Y los gestos andaban muertos de pena entre charcos o mármoles fríos
Las cortinas de humo se movían con el pasar de la gente
Y las esquinas fuimos incapaces de doblarlas
Ni una sóla vez 
Pero los colchones estaban en el suelo
Y la risa puesta
Y la melodía aún sigue sonando si me concentro
A veces me abrazo y me veo bailando
Tan suave que me duermo
Tan lento que me enredo y tropiezo
Tan bonito que ojalá no deje de sonar nunca
Aunque sea con interferencias
Escucho
Sólo al cerrar los ojos consigo verlo todo 
Lo veo claro
Sólo en el silencio me escucho y suena a lo lejos algún murmullo, ecos de bostezos, hilos de una conversación, y el jolgorio mudo que dejó aquel sitio
Recuerdo esos cristales que nunca estuvieron limpios
Tan tupidos por las horas y el aliento de las masas
Pero eran el espejo para las siluetas  
Translúcidas, como un borrón
Bailes robotizados
Robados 
Bolas de nieve
Augurio del frío que iba a quedarse aquí
Empadronado en el alma
Pero sólo de alquiler