martes, 2 de noviembre de 2010

DURA NOCHE OSCURA

Noche blindada de oscuridad,
en que los narcos se visten de azul,
los payasos de rojo,
(los mamporreros también)
y acompañan a las ratas,
y a mí,
y alguna meretriz de palo jaspeado se disfraza de nobleza,
no engañando más que a uno, o a dos,
devorando mitos y mirlos blancos,
para saciar entre trago y arcada, su gula atroz...

Al niño lo vistieron de amarillo,
ácido,
como la sangre de su padre.

Los cantantes van de un negro impoluto,
siempre espectaculares,
y por eso los amo.

Noche,
en que jadeábamos en tamaño aquelarre de alcohol
y amor
(sexo con suerte)

Evidentes las entrañas como skyline dibujándose entre el humo gris.

Noche,
que retrasa al amanecer
tras ver crecer la sombra de tus manos,
noche que quiere dormirse por no ver tanta sal,
que ciega los ojos de quien no puede cerrarlos,
que despista al loco,
vuelve loco al despistado,
devuelve pistas alocadas,
alcoholizadas,
y despista a las niñas truncadas,
y a ti.

Noche quieta, profunda, entera,
noche burda, burlona, enferma,
impía,
ruidosa,
lerda,
y fría,
solo noche, que no día.

Y así, mi sombra y yo nos dejamos de hablar,
y se diluyó en ti, noche,
formando parte ya y por siempre
de tu oscuridad.

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