lunes, 6 de septiembre de 2010

REMEMORANDO EL OLVIDO

He olvidado pensar.





Mi mente,

acostumbrada a rondar

por la plaza de un mismo pensamiento,

ya no sabe hacer más.



Rehabilito mis neuronas

incapaces.



Grito a un cielo

que no escucha,

                             ¡santíguate!



No.

Se me olvidó.


He olvidado mi nombre.



Recuerdo ser persona,

                            ¡escápate!



No.

No hay salida.



Se me olvidó salir.



Se me olvidó olvidar,



y querer olvidarte,



pues me lo tengo que recordar una,

y otra,

y otra vez...



Se me olvidó que,

olvidando,

olvidé ya tu risa,

y no recuerdo el calor de tu aliento,

y observo a palpo, ese reflejo que me da el espejo,

por si quedase aún algún rastro de un beso...

pero no.



¿Quién es la cara del espejo?



Él también la olvidó.



Recordándola,
                          al fin,

                                   demasiado tarde.

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