miércoles, 11 de agosto de 2010

AURORA MÍA

Aurora venció a la noche


y ahora brilla con espasmos y cataclismos entre sus piernas.




Aurora, quiere ser más,


y sus éxtasis provocan la envidia del mismo cielo,


de las diosas


y de las mujeres que miran atónitas


no dando crédito.






Aurora lucha por gozar


y roza sus muslos con los lomos de los abedules


y llueven ríos de sus entrañas.






Aurora vuela, se ríe y cae.


Se rinde, y se abandona al placer y al sueño.






Aurora duerme ahora.






Ahora, es toda luz.






Recogida sobre sí misma y en “decúbito supino”


el ocaso le guarda sus pechos,


pernoctando amoroso a su lado,


callado,


para no despertarla.






Silencio…

No hay comentarios:

Publicar un comentario