tan cerca,
con el aura tan llena,
tan ufano.
Te ven riendo,
amando,
amansando,
metamorfoseando…
y te ven ver.
Te ven dorado,
adorando,
y de soslayo brillante,
exultante y radiante.
Te ven libando amor.
Te ven perfecto en tu meta miel al fin.
Que vengan los buitres
y se den festín con dos ojos que,
solos,
sólo miran.
Que se los traguen para vomitarlos,
y así…
jamás volverán a mirarte.
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