Explotas mil veces en cada aliento.
Y la parsimonia de los días,
del poco aire que queda respirable entre tanto humo,
traza figuras de personas medio muertas,
no moviendo más que el polvo con sus dientes,
y vuelo, volviendo al sitio mío,
donde la carne aún no es perecedera,
y voy latiendo, hacia la izquierda (por no perder el equilibrio).
Veo puñados de voces,
puñaladas preñadas, y al unísono sangrando,
que entonan su canto, antes que tu voz.
Recuerdos.
Convulsión encima de un colchón.
Y me maldigo por no ser tú.
Combustión,
de cigarros, nerviosos y letales.
Combustión,
de una vida invisible solo a unos ojos, los míos. Y solo a unos pasos de ti.
Compasión,
de un alma envuelta en hueco, hacia otra llena de flores, que hoy no voy a deshojar, por noble.
Concentración,
en solo una idea.
Un plan: olvidar pronto.
La empatía se agotó.
El visionario se equivocó otra vez.
Fuera.
Y ni queriendo querer quiero.
Me aburro pronto.
Bostezo,
mentiendo humo,
sacando alma
y gastando días.
Y pienso: siempre me gustaron los hombres delgados,
Y la mente se distrae.
ni queriendo te sale algo malo!!!!
ResponderEliminargrande Eva!!!
muchas gracia eme, este es uno de mis preferidos, creo que dice mucho, y le tengo un cariño especial.
ResponderEliminar