sábado, 21 de abril de 2018

ADELANTE



Seguir.

Caminar vagando y vagabundeando
de manera errante
entre surcos de hilos inestables
de arañas rojas,
arañas ajenas que no tienen
ni tendrán venas,
ni penas,
     ni hadas
         ni nada.

Nada, nada, NADA 

y nadar
en vacíos oceánicos
repletos de alientos,
muertos. 

Pulular
de puntillas
y entre los ecos de voces mudas
y mudar,
cambiar de pelaje a golpe de ola.

Atentar
siendo comando unitario
contra el oleaje salvaje
creado justo a tiempo y a medida.

Y medir
esa distancia mohosa y delirante que os separa
para al fin
dejar de ser tan tangibles
y ser
dos seres vacíos
con demasiado  espacio disponible para llenar.
Para rebosar.
Y seguir,
seguir,
seguir...

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