Se soñó envuelta en tus brazos,
fuertes,
seguros,
hermosos,
con la cara hundida en tu torso,
y en la fragancia de la camiseta
que era tu piel,
que la acaloraba hasta perder el control.
Risueña enredaba los dedos con tu pelo,
oliéndote detrás de las orejas,
durmiendo en tu cuello,
y a ciegas buscó tus labios perfectos,
y exprimió sus pechos contra ti
queriendo diluirse en tu esternón,
y verte por adentro,
y quiso no abrir los ojos
por no perder ni una de las emociones
ni huellas,
que a la vez la hacían loca,
por no querer pisar otra vez el suelo,
por no despertar…
Luego,
melodía de un reloj,
mediodía,
despabilándola, descolocándola...
Un día otra vez.
De nuevo sombras a la espera de la noche ...
… tan radiante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario