ni molestes al aire que te esquiva y a la vez te envuelve,
pintándote transparente...
y a mí de gris.
No hables,
no rompas el silencio precioso que tanto quiero escuchar...
y a veces obviar.
No mires,
que no quiero que me mires...
que mis pupilas se dilatan si se cruzan con las tuyas.
No digas que ya no puedes...
No bailes
que no quiero...
No te quedes,
vete.
No te vayas,
que muero...
No rías
que me da envidia,
no envidies
que me da risa.
No ames,
que rompes cosas
y vísceras.
No hagas nada,
que a eso
estoy acostumbrada.
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