Era nómada
esporádica
superviviente e itinerante.
Pensaba rápido cuando la mente engruda conseguía dispersarse.
Pensaba
con engranajes echados a andar con poca energía
mas era la exacta para no echarse a perder.
Se movía despacio, silenciosa, con sigilo
sin hacer daño al asfalto
pero con paso firme y
nunca
miraba
atrás.
Parte de su tiempo era mera contemplación o pensamiento.
Tristezas eslabonadas camufladas de chiste
o de sonrisa porfiante.
Tomaba café
y se hacía una con el humo de su cigarro.
No miraba (mas veía)
No veía (mas sentía)
No sentía...la mayor parte del tiempo, sólo sufría.
Algunas veces... reía.
Era rara y complicada, geométrica y llena de aristas
pero curvilínea finalmente,
o sea
simple.
Embelesaba a las olas e hipnotizaba al mar
y viceversa.
Sucumbía ante el bosque y el bosque la ponía en pie.
Eran uno.
El reflejo diferente de la misma cara
queriendo tocar las entrañas
de la extraña superficie plateada , lisa y suave
que los separaba.
Siempre buscaba su bola extra.
Amaba al prójimo.Pero odiaba a la gente:
Al gasta vidas, al pusilánime.
Al enclenque, al vende humos.
Al cotilla, al envidioso, al deleznablemente celoso, al roba sueños,
al vampiro de energía, al ruin, al cobarde, al apaga brillos,
al corto de luces, al que no sabe pintar, silbar o cantar.
Pero amaba al prójimo.
Menos al extorsionador, al sucio, al impío, al postrado,
al que huele mal,
al inmóvil, al impasible, al pederasta y al violador.
Odiaba al del alzacuellos.
Pero es que amaba exacerbadamente al prójimo.
Excepto al que no entendía el respeto
o al de las faltas de ortografía,
al que no empatiza, al que tiene exceso de sobraduras,
al carente de excesos, al que no intenta un baile,
al que cojea por decisión propia,
al torero también.
Amaba al prójimo, menos al viejo verde, al lascivo, al intolerante,
al que se estanca, al consentidor y al consentido.
Al absurdo y al que no tiene sentido.
Al bocazas, al bocachancla, al que le faltan huevos,
al extremadamente cuerdo, al abstemio,
a los putos "don perfecto" ,
a las barbies de saldo, al insensato y al insensible.
Al amargo y también al empalagoso.
Al que le jode que llueva y también que haga sol.
Al obsceno y sobre manera...al de la halitosis.
Amaba...y se pasó una vida buscándolo, en cada rama,
entre la arena, en el agua, bajo el banco en el que se sienta,
detrás de unos ojos, en el cielo y en la espuma de la ola
o de una birra bien fría.
Nada.
Hay pocos prójimos en este lugar donde nos refugiamos
a veces, los que no tenemos casa
los que vamos de poetas.
Game Over.
Siga rascando.
Pruebe de nuevo.
Chúpame la tapa , joder.
No hay premio.
Y emprendió camino otra vez.
Nunca volvió.
Uy! Escasas las publicaciones, seguro que la vida te está siendo propicia 😘. E. A. J.
ResponderEliminarla vida me ha dado un trabajo demasiado absorbente :-) pero tengo alguna cosilla por ahí que supongo estos días tendré tiempo a pulir un poco y publicar. Un gran abrazo amigo!
ResponderEliminar