Deja de apretar los puños
si no los vas a utilizar,
déjalo ya,
si no sabes odiar.
Muerde esa lengua
si no sabes hablar,
trágate esa rabia
porque no sabes amar,
no sabes, no sabrás.
Déjalo,
déjalo ya.
No invoques, que no puedes,
no jures, que no quieres,
no hagas nada,
que seguro sólo se hará...
Pues tu sino no necesita de ti,
nada de lo que tienes,
nada de lo que tú sientes,
nada tienes que ofrecer
nada tienes que perder.
Camina como puedas,
desplaza tu gran saco de la nada,
llévatelo de aquí
que no lo queremos ver.
Márchate, te lo ruego,
maldito seas por nada.
Te quiero y te odio por nada,
porque nada eres,
y por lo nada que soy si tu nada está aquí.
Vete ya grandísima nada...
quizás con tu ausencia
este espacio maldito,
infinito,
se llene al fin
de
todo.
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