jueves, 3 de febrero de 2011

BRIZNAS ENTRE LOS DEDOS


Espejismos pintaron mis ojos  tiempo
                                  (mis labios no).

Ilusión de cuatro en cuatro,
y quise hacerme desierto,
legalizando unas manos que se desgranaban en arena
cada vez que quería tocarte,
pero el viento arrodillado sopló para levantarme.

Mientras,
el sol,
laceraba las miradas para no poder verte.

Reías,
y cogiste un puñado de arena,
la de más adentro,
y la devoraste entera,  
inmerso en tu locura,
famélico,
convirtiéndome en barro.

Comulgando.

Ahora camino contigo.

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