sedosa,
blanca,
espumosa,
y se disipa entre el viento
intentando subsistir
en un mar de aire,
sin remedio,
eclosionándo en mil gotas tristes,
tanto como tu cara
que harta de expresar pena
dice ya no puedo más.
Como la luna,
que se pare a sí misma cada noche
en medio de oscuridad universal,
para no durar más que unas horas,
como espejismo en el desierto cansado
que fue tu vida.
Fue tan efímero que no tiene hueco en la historia,
ni cabida en mi mano.
precioso!
ResponderEliminartodo tiene cabida en tu corazón... por eso escribes así! (muyyy bieeeeennn!!!)
besazo bonita!