miércoles, 10 de noviembre de 2010

VIVIR MORIBUNDO


Una vez dio todo por perdido.

Una vez volaron corazones por los aires

en mil pedazos.

Toda su rutina,

ensortijada con veneno y besos,

ornaba puramente su ser.

Y se dio a la vida.

Y a la locura.

Y acompañado de su miedo

siguió...

para al fin,

tocar otra puerta,

que no estaba cerrada,

pero tampoco se abrió.

Y sintió su muerte con carácter retroactivo.

Y ya no quiso vivir más.

Y se olvidó de sí mismo.

Y dejó de respirar a bocajarro.

Y luego se despertó,

para no sentir si quiera...

alivio.




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