Mudo el tiempo en este lugar,
recuerdos de un alguien
que ya no está.
El frío quiso callar
calando hasta los tuétanos,
y el silencio apacible,
amable,
ayuda a ahogar los gritos del alma.
Tanta vida ayer
tanta muerte hoy
y mañana.
En sombra de ciprés
delicado,
descansa la vida que dejaste atrás.
Y los corazones,
cansados por no tener ojos para llorar,
revolotean entre sus ramas,
y lo riegan con agua y sal,
y te acompañan,
te miman,
cada día,
cada noche,
cada segundo al pasar.
En esta imitación de espacio,
en este mismo instante,
me quiero quedar,
hablarte, y esperar...
Mas no hay respuesta...
ya no puedes contestar.
Pero al tiempo un eco surge
y el silencio pasa a ser más,
un ruiseñor se cobija a la sombra
queriendo imitar tu cantar,
pero no eres tú...
Mísera ave
que vienes y vas
acuchillando el cielo y su libertad,
ahora yo quisiera volar,
y llegar
a tu lugar
y que me cuentes un cuento una vez más...
Pero eso,
Luz que nos iluminaste
cuanto pudiste,
que guiaste tantos años nuestros caminos,
tendrá que esperar.
****
(Tu Luz brilla y brillará siempre, en todos los que hemos sido alumbrados con ella alguna vez.)
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