sábado, 3 de diciembre de 2016

MICRORRELATO




Se conocieron en el metro, en los ires y venires apresurados de los días más desidiosos. Iban en la misma dirección, pero en diferente sentido.

Él era de campo, ella de ciudad y sólo había algo mayor que la distancia que los separaba y era la que los unía. Eran las ganas, la fantasía y el hechizo de dos, por dos.

Se miraron en un vaivén de suspiros y de seducción. Se amaron  cinco segundos. Se dieron las sonrisas, que tan caras se pagan, se tocaron con el alma abierta en canal. Fueron transparentes el uno para el otro mientras entraban y salían las gentes supurosas rompiendo la magia.

Llegó a su destino, se acercó a su boca ralentizado, pero le dio un beso en la frente. Ella cerró los ojos, mientras una lágrima fastidiosa irrumpía en escena, deslizándose por su cara directa al suelo mugriento del vagón.

Silencio. 

De vez en cuando la veo acariciarse la frente con la yema de sus dedos, a la hora del café de la tarde,
esperando en la estación, 
esperando encontrar vestigios de aquellos labios calientes,
esperando un tiempo que nunca llega.

Cierre hermético de puertas.





2 comentarios:

  1. Me gusto mucho microrrelato.
    Me dijiste que no solías escribir en este estilo...pues yo digo que cuando puedas, lo hagas, por que yo creo que se va a dar bien.

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  2. Muchas gracias Riesgo, por hacerte seguidor, por leer y sobre todo por mostrar interés e incluso comentar. Me alegro mucho de que te gusten algunos de mis escritos y gracias por opinar particularmente sobre éste. Sé que ha gustado mucho, sin embargo no es una disciplina en la que me mueva a gusto ya que suelo irme por otros derroteros, es el primero que escribo, pero puedo intentar mejorar. Gracias de nuevo y un besín.

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